Para variar, este año estoy en una gran ciudad, en un macro-instituto. He pasado de un pueblito, 60 alumnos y 9 profes, a una ciudad, 500 alumnos y 72 profesores. La cosa no debería ser tan diferente, pero todo se complica con tanta gente y tanta burocracia. El trato no es malo, pero no es el que teníamos el año pasado...
Los chavales son como siempre: demasiado pequeños, demasiado vivos, demasiado desilusionados, demasiado sobreprotegidos, demasiado resabiados, demasiado insolentes, demasiado divertidos, un cajón desordenado de hormonas... vamos, lo normal en la pre y en la adolescencia.
Al repasar los expedientes académicos se me cae el alma a los pies. El sistema educativo hace agua por demasiados sitios a la vez. Hay chicos que promocionan por imperiativo legal, aunque no alcancen los objetivos de la etapa anterior, porque por ley no pueden repetir más... Y no digo que la solución sea repetir eternamente, pero subir de curso es descabellado.
Me encuentro chavales que apenas saben leer y escribir su nombre, ANCES y ACNEES que se escapan a mi capacidad y a mi formación. Yo no soy maestro, soy profesor. Y no hay apoyos.
Puedo explicarle a un alumno cualquier cosa de un sistema hidráulico, la ley de Ohm, curiosidades de los aceros, los plásticos y las energías... pero si ese chaval no sabe ni leer, ¿qué coño hago yo?
A esto llevan los recortes.
Y mira, debo ser el único profe que está deseando que le aumenten la jornada. Que con media jornada llega para muy poco y con tanto viaje, al precio que está el gasoil...
Ay, lo bien que estaba en el pueblico.
Los chavales son como siempre: demasiado pequeños, demasiado vivos, demasiado desilusionados, demasiado sobreprotegidos, demasiado resabiados, demasiado insolentes, demasiado divertidos, un cajón desordenado de hormonas... vamos, lo normal en la pre y en la adolescencia.
Al repasar los expedientes académicos se me cae el alma a los pies. El sistema educativo hace agua por demasiados sitios a la vez. Hay chicos que promocionan por imperiativo legal, aunque no alcancen los objetivos de la etapa anterior, porque por ley no pueden repetir más... Y no digo que la solución sea repetir eternamente, pero subir de curso es descabellado.
Me encuentro chavales que apenas saben leer y escribir su nombre, ANCES y ACNEES que se escapan a mi capacidad y a mi formación. Yo no soy maestro, soy profesor. Y no hay apoyos.
Puedo explicarle a un alumno cualquier cosa de un sistema hidráulico, la ley de Ohm, curiosidades de los aceros, los plásticos y las energías... pero si ese chaval no sabe ni leer, ¿qué coño hago yo?
A esto llevan los recortes.
Y mira, debo ser el único profe que está deseando que le aumenten la jornada. Que con media jornada llega para muy poco y con tanto viaje, al precio que está el gasoil...
Ay, lo bien que estaba en el pueblico.