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martes, 29 de septiembre de 2009

Otoño


Llega el otoño a la posada. El aire fresco se cuela por debajo de la puerta y ya va siendo tiempo de ir pensando en hacer leña para la chimenea.
En anteriores entradas os he comentado que interiormente siento el periodo post-vacional como el comienzo del nuevo año, en el que los nuevos propósitos, los nuevos planes, o los viejos, retoman fuerza. ¿Para qué esperar a enero?
Pero no todo el mundo siente el fin del verano de igual modo. Aquí al ladito hay un par de blogs que sigo de forma asídua, y en ellos (Elisabet y Tobías) oigo estos días ciertas notas de languidez, de duda, de hastío. Una se plantea la compleja tesitura de escribir siendo fiel a sí misma, escribir lo que más le apetezca, o por el contrario escribir pensando en la tendencia y en el destinatario final, el lector. El otro se plantea arrojar la toalla y recuperar el tiempo que le roba escribir para disfrutar de su familia y vivir sin estar pendiente de si logras publicar o no. Ambos tienen problemas diferentes originados por una misma causa: publicar. Publicar o no publicar, esa es la cuestión.
Ambos ya han llegado a saborear la miel de la publicación. Y quieren más. Afortunadamente pueden vivir de otra cosa, porque el tema de publicar fantasía está realmente complicado si eres poco o nada conocido en España y escribes fantasía.
Complicado. La solución es absolutamente personal y no creo que nadie pueda decirles lo que deben hacer.

Para este gordo posadero escribir es un acto púramente lúdico, que me roba muchas horas, sí, pero también me las robaría la televisión si me pasara las noches delante, y me aportaría menos. Por lo tanto yo sí escribo para mí. Y siento un incómodo pudor cuando muestro a alguien los textos que escribo. Además, como no pretendo publicar ni ganarme la vida con esto ni siquiera ganar algo de dinero, creo que me ahorro las puñaladas y los sinsabores del mundo editorial, que tan quemado traen al amigo Tobías.
Y yo sí pienso en la autopublicacíón como una salida digna. No solo digna, sino estupenda. La publicación bajo demanda ofrece ahora mismo unos acabados que poco o nada tienen que envidiar a los libros de muchas editoriales. Y el precio es competitivo (siempre que no quieras lucrarte o lo hagas de forma razonable).

Ahora mismo estoy enfrascado en una nueva idea que poco a poco va tomando cuerpo. Esto me roba tiempo para las entrevistas, que pronto volverán a la posada. Y además estoy ultimando los detalles de un antiguo proyecto que pronto va a ver la luz.

No contaré más detalles. Todo a su debido tiempo.

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