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viernes, 25 de junio de 2010

Un día como hoy (queridos maestros)

Me llega este texto en un correo electrónico. Desconozco el autor, pero no me resisto a ponerlo aquí.
Desde luego que no todos los maestros son ejemplares, como no todas las personas son ejemplares. Pero desde luego que muchos padres no se lo ponemos muy fácil, ¿eh?
A veces criticamos en exceso y no nos paramos a pensar en lo que decimos. Fijarse solo en las "supuestas ventajas" es hacer demagogia. Lo bueno y lo malo va unido, como en todos los trabajos. A estos también les han bajado el sueldo...
Desde El Buen Pozo Sediento:
¡Gracias a todos los maestros!
Un día como hoy en un aula de 25 alumnos-as de 2 años.
Entran en " semi fila" porque se despistan, se sueltan, algunos se vuelven hacia la puerta porque no quieren entrar, ..., les acaricias, intentas calmar y tiras de ellos hasta el aula.
"Que monos, que majetes que son, pequeñas personitas aprendiendo a descubrir el mundo"
Quito la mayoría de los chaquetones porque ellos solos no son capaces, para sus papás, que solo tienen uno en casa, es más rápido quitárselo que enseñarle a que lo haga solo, y encima del chaquetón llevan envuelta una gran bufanda, gorro y guantes que hay que guardar en los bolsillos de cada uno con cuidado no vaya a ser que se pierdan y la madre te lo recrimine durante toda la semana. Porque aunque en la reunión de principio de curso se dice bien claro que todas las prendas de vestir deben ir con nombre... ¿pa qué?, ya se encargará la profe de recordar de qué niño es cada cosa, total..., solo son 25 niños x 2 guantes + 25 bufandas + 25 bolsitas del almuerzo + 25 gorros..., cuando empiezas a asociar "los de piolín son los de Marta", "Hello Kity de María"...., llega el cambio de tiempo y..., vuelta a empezar

Bolsitas con el desayuno por el suelo, unos sentados en su sitio, otros corriendo por el aula. Se pone orden levantando la voz y dando palmadas. Las 9.20, por fin se han sentado todos, momento de calma, hacemos asamblea, repito más de 20 veces que para hablar hay que levantar la mano, hay que respetar el turno, unos escuchan, otros están en su mundo y otros, después del gran tazón de cereales de desayuno que les han puesto en casa sienten la llamada de la selva.
En mitad de la asamblea 4 niños se levantan porque quieren hacer " caca ".
Según van acabando hay que ayudarles a limpiar el culito, porque no saben (Otra cosa que sería muchísimo más fácil de aprender en casa pero.. sus atareadísimos papás no han tenido tiempo) y se llenan ropa, manos, baño y a otro compañero si se acerca demasiado.
Por fin has conseguido que escuchen "que monos", como van aprendiendo,..., cantamos canciones, cuentan sus aventuras, vemos un libro sorprendente que ha traído Pablo de casa con imágenes preciosas del Tema que estamos trabajando...

Empezamos el trabajo por rincones, se vive un momento de calma, juegan, experimentan, aprenden, comparten,..., les miras y piensas... "están felices, pa comérselos"... y al momento "¡te arrepientes de no haberte comido a alguno!", se levantan, le quitan el material a otro compañero, grito, agresión, llanto,... niño a la silla de pensar. Así 3 uno detrás de otro, llanto, ... limpio mocos, limpio mocos.

Para recoger el material yo pido, yo vuelvo a pedir, yo toco el silbato, yo toco el tambor y doy palmadas y termino GRITANDO: A RECOGER A ORDENAR CADA COSA EN SU LUGAR, a la vez que voy cogiendo cosas del suelo y unos pocos me imitan mientras otros miran extrañados, que deben pensar... "¿recoger?, si eso en casa siempre lo hacen mis papás, ¿por qué lo voy a hacer en el cole?"

Hora del aseo, por grupos se lavan las manos y van al baño. Reparto jabón, reparto servilletas, reparto papel higiénico, algunos son super autónomos, se nota que lo hacen a menudo, otros... uno empuja porque iba el primero, uno mete el dedito en el grifo, agua por todas partes, pis fuera,...

Almuerzos: ábreme el zumo, se me ha derramado el zumo, un yogur abierto en el suelo, galletas oreo pisoteadas, yo no quiero pan, a mi esto no me gusta, en casa nunca lo como, mamá ha dicho que a ver si en el cole aprendo a comerlo, pero a mi no me gusta, llanto me quiero ir con mi mamá, seño pélame la pera que a mi mamá no le ha dado tiempo ("total, ya lo hará la profe que solo tiene 24 niños más en el aula") y limpio mocos.

Anda, fulanito ha vomitado... no hay conserje en el cole porque era un gasto innecesario para el ayuntamiento, ... ¿para qué están los maestros?...
¿qué hago?, dejo solos a los 24 niños mientras voy a por serrín y a cambiar la ropa y llamar a los papás del que está enfermo... ¡¡socorro!!

Recogemos y 15 minutos para volver a poner los chaquetones. Patio y madres y abuelos en la muralla vigilando que a sus hijos no les pase nada, porque los maestros ¿para qué estamos?
Mocos, pipi, fulanito me ha pegado, menganito no te subas en el árbol, periquito no muerdas, las piedras no se chupan, la arena no se come, limpio mocos, limpio mocos, limpio mocos ...
El pequeño Luis se acerca y te dice "Seño ¿te puedo decir una cosa?, Estás muy guapa" "¡Pa comérselo!"

Vuelta a clase, colgamos chaquetones en las perchas, limpio caras con toallitas, manos con agua y jabón, y vuelta a la tarea: no se pinta en la hoja del compañero, los papeles a la papelera, limpio mocos, limpio mocos, limpio mocos...

Hora de la salida: la familia agolpada en la puerta para que su hijo-a salga el primero, me piden explicaciones de por qué un niño se ha arrancado la postillita de la frente, otro dice que se ha raspado el dedo con el suelo, otro que no se ha tomado el zumo, otra madre preocupada porque el niño ha bebido poca agua, y otra porque su niño ha salido de clase con mocos, una bufanda que no aparece, un guante perdido desde la semana pasada, una botella de agua que no es suya, ... ¿y el nombre?, ¿tenía puesto el nombre?...

Llego a casa , la boca seca porque no me acordé o mejor dicho no tuve tiempo de beber agua, y una vecina cotilla, que me dice, andaaa ehhh ya hasta mañana..., que poco trabajáis los maestros...
Claro, porque la preparación de la clase y el material del día siguiente me lo ha buscado y elaborado ella o su marido.

Y cuando siempre oyes lo mismo en relación a nuestro trabajo, de lo bien que se vive, de las vacaciones, de la suerte que tenemos de poder estar criando a sus hijos cuando ellos andan despreocupados de sus retoños, piensas: y siendo que las universidades aceptan matrículas de nuevos alumnos ¿Tan tontita es la gente para no estudiar y tratar de conseguir ese trabajo de sus sueños, donde sin hacer nada te pagan y siempre se está de vacaciones?

Así con 67 no, con 80 podríamos jubilarnos y tan frescos.

Menos mal que siempre hay un "pequeño Luis" que parece que adivina el momento en el que necesitas escuchar unas palabras de ánimo.

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