Siguiendo el hilo de anteriores entradas, no me resisto a poner estas viñetas. En clave de humor se desgrana uno de los problemas más graves de la educación actual.
Muchos hemos vivido una educación más servera, incluso los más veteranos una educación muy estricta (yo no, afortunadamente), donde la palabra del profesor era la ley, y encima era respaldado al cien por cien en casa.
Claro, que esa rigidez (o tiranía), esa severidad (o mano dura) degeneraba en muchos casos en humillaciones, más bofetadas de las necesarias, capones, golpes, tirones de orejas o de pelo y un buen número de barbaridades. He tenido la suerte de librarme, pero alguna vez que otra lo he podico ver muy cerquita... Está bien ser severo, pero no cruel y abusar de la autoridad.
Los padres elevaron la voz, los tiempos cambiaron y de aquellos polvos vienen estos lodos...
No deberíamos exigir a los profesores que hagan el trabajo de los padres. El profe que enseñe y refuerce la educación recibida en casa. El padre que eduque y refuerce las enseñanzas recibidas en clase. Cada uno en su sitio.
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