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viernes, 29 de mayo de 2009

Cerrado por vacaciones




Lo dice la RAE. La pena es ese puñetero "temporal". Además yo quitaría ese "o" y colocaría una conjunción copulativa "y".
Hace ya más de dos años que no tenemos unas verdaderas vacaciones. Y aunque nuestra maltrecha economía no está para tirar cohetes... una semanita nos la vamos a pasar en la playa. A todo alcanfor, nadando en la ambulancia, dejándonos la piel en el pellejo a base de cervecitas fresquitas, cocolocos, caipiriñas y gambas (o lo que se tercie).


Es toda una aventura. Es el primer viaje con el pequeño supermán, y aunque él no se entere demasiado, tenemos que reducir el cargamento habitual para que todo quepa en un sólo avión. Empresa difícil, pero no imposible.

Cosas que no tenemos que olvidar (a saber qué olvidamos):
  • Los biberones y el chupete
  • Los gorros de playa y la cremita
  • Los bañadores (y si no, a una nudista)
  • Un buen libro o dos
  • Las gafas de sol, para las siestas y para mirar a las chicas en tóples sin dar el cante
  • Y la cartera, por supuesto

El resto sobra. No pienso llevar ni reloj ni teléfono ni agendas ni ordenadores ni apuntes ni instancias ni tribunales ni averías ni problemas ni discusiones ni nervios ni estrés ni exámenes ni disgustos ni nada. A disfrutar, que ya es hora, con mi Belén y mi pequeño Esteban.

Espero que seáis buenos. Leed mucho y no os apuréis, que ya llegarán vuestras vacaciones.
Pero mientras tanto...


Es broma, cariño. El cartel me ha hecho gracia, además coinciden las fechas y todo. ¡Hasta el 16 de junio, majetes!

martes, 26 de mayo de 2009

Indignación

Que no, que no me he olvidado de vosotros, ni del blog.
Aunque no suba nuevas entradas, que no.
Ando algo liado y bastante (BASTANTE) quemado. Cabreado, vamos.
Muchos sabéis que el gordo posadero es opositor, o lo era, o lo será o yo qué sé.
Por estas fechas hará ya un año que penqué como un lerdo, como un pardillo. Una lista, informatizada o en papel, que para el caso es lo mismo, te informa de que has sacado un 3 y ya. Que puedes reclamar, pero que te va a dar igual, que salvo que se hayan equivocado al sumar y sea muy evidente, aquí no da la cara nadie. Y lo peor de todo es que hice los exámenes de mi vida, me cayeron los temas que mejor me sabía y nunca me irá mejor en ese aspecto, porque en resultados peor no me puede ir en futuros años.
Pasado el tiempo, a través de un amigo profe, he tenido noticias del presidente de mi tribunal, del que me examinó, del que me suspendió. Y aquí es cuando ardo, cuando pierdo el temple y me puede la mala hostia, me acuerdo de la puta que parió a panete y me cago en sus mulas toas.
He conocido los impresionantes criterios que guiaron el sabio proceder de los ínclitos miembros de mi tribunal, las regias directrices de tan excelsos profesores, de tan magníficos profesionales y de tan competentes futuros compañeros. En su vida no sé lo que harán. En su profesión se merecen el nobel, el oscar y el toisón de oro, además de la máxima condecoración que otorgue la legión francesa y el puticlub de la esquina de su calle, donde van a recoger a su madre cuando salen del trabajo.
Resulta que los señores profesores consideraron negativamente a aquellos opositores que eligieron temas (de entre los disponibles y que están incluidos en el temario), que eligieron temas, digo, que ellos no controlaban. Es decir, que a aquellos que hicimos un tema con un poco más de nivel de 2+2, digamos 2x2, resulta que nos valoraron NEGATIVAMENTE. Con dos cojones. Y estos son profesores.
Pero aquí no acaba la cosa, no. Resulta que había ciertos aspectos novedosos, según la reciente ley de educación, etc, que ellos desconocían. No sé si por desinterés, por memez, por saca la ley que te salga de los güevos que yo ya tengo plaza y de aquí no me sacan ni con agua caliente, por incapacidad mental o por falta de tiempo, que los pobrecitos están muy muy liados con tanto niño. El caso es que en la exposición oral... ¿adivináis? Síííí. Valoraron negativamente a los que nos ceñimos a la ley vigente y tratamos aspectos nimios como uno de los pilares de la ley de educación: las competencias.
Para mear y no echar gota.
Lo peor es que cada tribunal tiene sus propios criterios. Y me imagino que cada uno tendrá convincentes criterios como el que me tocó en suertes (en malasuertes). Y peor aún, nuestros hijos están en manos de estos ineptos, que tienen plaza de profesores y no serían capaces de enseñar cómo atarse los zapatos si les cambias el color de los cordones.
En la próxima oposición intentaré parecer un perfecto gilipollas, a ver si por mimetismo o por corporativismo consigo sacar un cinco.
Perdonad la brasa que os he dado hoy. Necesitaba rebajar la tensión acumulada antes de buscar mis guantes de boxeo, no sea que tire algún tabique de mi casa. Es que manda güevos.
¿Y si no controlasen ninguno de los temas que caen en el sorteo? Porque les hay difíciles...
Es vergonzoso.

lunes, 18 de mayo de 2009

Friki, de Enric Herce Escarrá

Friki, de Enric Herce Escarrá.

Simplemente genial, estupenda. Sencillamente atractiva, perfecta. Me encanta.
Puede parecer por mi entusiasmo que acabo de leer la última novela del sucesor de Tolkien o de Martin. No, nada más lejos. Pero tal vez por mi condición de escritor aficionado aprecio muchos detalles excelentes en esta novela juvenil, tal vez por mi condición de padre aprecio los valores que intenta (y consigue) transmitir, tal vez por mi aspiración a ser maestro aprecio diferentes aspectos educacionales rotundamente bien mezclados.
Tal vez por mi condición de aficionado a la fantasía empatice con el protagonista, aunque sea un nano de once años. Tal vez.
Pero de lo que estoy seguro es de que he leído un novela entretenida, divertida, locamente divertida, y genialmente resuelta. Me encantan las conversaciones madre-hijo, las situaciones familiares y en la escuela. Pero sobre todo me gusta el duelo final, magistralmente resuelto (especialmente la solución a la complejidad de los nombres).
Y para finalizar un guiño más, un rizo que cierra el bucle y vuelve a enlazar principio y final.
Aplaudo el esfuerzo que seguro has hecho. En tan pocas palabras, en tan pocas páginas cada palabra vale su peso en oro y todas han de ser edecuadamente ponderadas antes de emplearlas. Has conseguido mezclar de forma sorprendente valores, actitudes positivas ante la vida, humor, fantasía, semántica (excelentes las alusiones a las consultas al diccionario en la red). Has hecho todo un ejercicio de cómo escribir una novela infantil para todos los públicos. Porque yo la he disfrutado, mi mujer la leerá y puedes estar seguro de que mi pequeño ayudante lo hará, tan pronto como tenga la edad adecuada (y sepa leer y todo eso, vamos). Novelas como ésta harán a nuestros niños plantearse muchas cosas, además de permitirles avanzar en su imprescindible aprendizaje lecto-escritor.
Ha sido un placer descubrirte como narrador infantil-juvenil, sobre todo después de leer "La luna dormida", de género y público radicalmente opuesto.
Me está gustando mucho la colección donde te han publicado. Felicidades.

sábado, 16 de mayo de 2009

Caballero de Dragón de Pedro Camacho



Una novelita juvenil, de ejecución sencilla, con vocabulario claro, directa al grano. Pero no exenta de magia y fantasía, de valores humanos. Pedro ha realizado una labor muy compleja, probablemente a drede, pues no en vano estamos hablando de un profesor. Ha conseguido conjugar varios elementos de forma que ninguno destaque sobre los demás, pero de forma que todos sean necesarios.
Si en una enorme cacerola de cocción añadimos: historia de España, realidad social contemporánea, realidad social de hace 500 años, valores humanos imprescindibles, unos pocos litros de fantasía y una pizca de sal, obtenemos una novela juvenil perfecta. Pero la clave no sólo está en los ingredientes, que esos los compra cualquiera, el secreto está en la elaboración. Hay que saber ligar todo eso, y que quede jugoso, ni muy hecho ni muy crudo, porque los destinatarios principales son jóvenes lectores.
Con novelas como ésta, que no cuesta leer, muchos chavales se encontrarán pidiendo más, preparando sus mentes para una mejor comprensión, para un mejor rendimiento en sus estudios (que se realizan mayoritariamente leyendo). Estos futuros lectores están sentando la base en la que sustentarán su afición por la lectura, un placer inmenso del que no todo el mundo sabe gozar por falta de base.
Te felicito, Pedro. Aunque sea una novela sencilla, estoy seguro de que no ha sido sencilla su elaboración y de que te ha tocado trabajar mucho. Yo he disfrutado leyendo tu última obra. Y estoy seguro de que no será la última.
Por cierto, siento un enorme placer cada vez que leo mi nombre en los agradecimientos.
Gracias, maestro.

jueves, 14 de mayo de 2009

Feria del libro de Salamanca

¿Pero no hay feria del libro en Valladolid? O sea, que ni pisas por la de Valladolid y ¿te vas a Salamanca?
Pues... sí. Es que en Valladolid no se presenta este libro:


Y para allá que nos fuimos, Belén, el pequeño ayudante Estebillan y yo. Parece mentira, pero para un viaje de 100 Km hay que preparar un convoy lleno de "por si acasos". Se acabaron esos viajes con la cazadora y ya.
Hicimos idea de ir prontito a Salamanca, dar un paseito disfrutando de esa fantástica ciudad y a eso de la una acercarnos a la firma de "Mentiras" en la plaza mayor. Pero... al final conseguimos llegar a Salamanca a la una y veinte, aparcar y encontrar la plaza mayor a tiempo de conocer a David (y a Álex).

Ya tengo mi ejemplar firmado, aunque con las prisas olvidé llevar el primero (UdJ I: Leyendas) para que me lo firmase también y la cámara (las fotos son prestadas por el propio David). Allí conocí al autor, David Prieto, y a su compi de correrías Alejandro Guardiola.

Charlamos un ratillo y los dos me contaron buenas noticias. Álex tiene su "Sombras de una vieja raza" en la sala de máquinas... ya nos contará, ya. Y David, imparable, ya está ultimando la tercera parte de Urnas de Jade, casi casi lista para publicar.
Fue un ratillo agradable, breve, pero agradable. Me ha gustado conocer a gente con la que me escribo correos y con la que comparto una gran afición. Hay que repetirlo.
Es tímido David, ¿eh? -comentábamos Belén y yo de camino a casa-. Sí, parece tímido. Pero ahí le tienes, con un par de novelas publicadas. ¡Con un par!

Suerte, compis. Ya nos contaréis más cosas cuando haya noticias.

lunes, 11 de mayo de 2009

Veinte maneras de bajar al sótano de Roque Pérez Prados


"Veinte maneras de bajar al sótano"

Un libro de relatos es algo muy diferente a una novela. Cada uno de los relatos es un mundo en sí mismo, diferentes estilos narrativos, diferentes enfoques, diferentes personajes, direferentes argumentos... Incluso, como en esta ocasión, con diferente temática, aunque perfectamente englobable en el amplio género de terror.
Por eso es un acierto redondo el título de esta obra: sí, son veinte maneras diferentes de bajar al sótano de nuestros propios miedos.
Estos veinte relatos son tan diferentes entre sí que se me hace difícil leer uno y continuar con el siguiente. Me gusta paladear lo que leo, recrearme en las sensaciones que me transmiten y pensar en los detalles de cada uno de ellos. Por eso hacer punto y aparte y saltar a otro relato no me gusta. Así han sido veinte noches bajando al sótano, peldaño a peldaño.
Cada uno tiene miedo, fobia o siente disgusto por cosas diferentes. Incluso algunos no tienen miedo a nada. Pero todos nos sentimos incómodos con algún tema, con algunas sensaciones y yo me he encontrado con muchas en estos relatos. De noche. En silencio. A oscuras...
Me he encontrado relatos de terror con los clásicos de siempre: vampiros, casas encantadas, coches malvados, asesinos, espíritus... Y con algún tema inquietante como la violencia en la familia, errores médicos de fatales consecuencias...
En este libro se puede encontrar algún relato que nos lleve al sótano más oscuro y tenebroso, que nos atrape, que nos retenga, que apague la luz y susurre en nuestro oído, poniéndonos la carne de gallina. Y los que no nos den miedo podremos disfrutar del estilo (de los diferentes estilos de narración) del autor, de sus ocurrencias y de algunos finales sorprendentes.

Yo he encontrado una bajada al sótano con uno de estos relatos que me ha llevado a la época en que tenía quince años y leía relatos de terror de King y otros, buscando sensaciones...
Apagué la luz y me repetí constantemente: es sólo un relato, los espíritus no existen, los espíritus no existen; mientras en mi casa se sucedían toda suerte de ruidos y susurros que no me dejaban pegar ojo.

Os recomiendo su lectura, por la noche, a solas... si os atrevéis.
Un excelente trabajo de Roque Pérez Prados. Un brindis por su escalera al sótano. Esperamos que pronto haya buenas noticias y una buena novela en el mercado.

viernes, 8 de mayo de 2009

The end

De todos es conocido que la primera frase de una novela debe ser un sólido escalón en el que comience la escalera que debe subir el lector. De esta primera frase, del primer párrafo, de la primera página dependerá que nos enganchemos sin remisión y no podamos dejar de leer por más que el sueño cierre nuestros párpados. A veces esto no ocurre y el transcurso de la narración sí nos engancha y seguimos adelante. O a veces todo promete mucho en la primera página y nos atascamos sin conseguir superar la página cuarenta...
Sin embargo, el final, la última frase es diferente. Nunca se resuelve una novela en la última palabra. Pero esa última oración que leemos es la que perdura en nuestra mente, la más fresca. Esa frase puede excitar nuestras conexiones neuronales y hacer crecer en nuestro interior recuerdos, pensamientos, sensaciones...
Hay finales curiosos, hay finales bucólicos...
"La muerte le llegó sencillamente, como llega la noche cuando se marcha el día", (Los Miserables).
"Adiós risas y adiós agravios. No os veré más ni me veréis vosotros. Y adiós ardor, adiós recuerdos", (Mañana en la batalla piensa en mi, Javier Marías).
"El coronel necesitó setenta y cinco años -los setenta y cinco años de su vida, minuto a minuto- para llegar a ese instante. Se sintió puro, explícito, invencible, en el momento de responder: Mierda", (El coronel no tiene quien le escriba, Gabriel García Márquez).

jueves, 7 de mayo de 2009

Locomotoras por libros


Hay noticias que caen muy bien, y más con los tiempos que corren. Son un soplo de brisa fresca que alivia los rigores del calor, una sombra en la que cobijarse, una noticia que no se puede dejar de leer entre las demás (muertos, atentados, paro, crisis, gripe A, chanchullos políticos varios, etc).

Sí, Valladolid va a contar con una nueva y enorme biblioteca. Se va a reahibilitar un antiguo almacén de locomotoras, construido en 1863, con forma de herradura y último representante europeo de este tipo, ya que los demás edificios similares fueron destruidos durante las guerras europeas de siglo XX.

5.000 metros cuadrados que van a albergar montañas de libros, infoteca, fonoteca, videoteca, etc ¡Qué gran noticia!