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viernes, 26 de marzo de 2010

Juguetes rotos

Voy a hacer un esfuerzo por escribir esta entrada sin poner palabrotas.
Ni una sola.
Palabrita del niño Jesús.
Ando un poco mosqueadito y bastante decepcionadito. Vosotros os preguntaréis el porqué. A ver qué le pasa ahora al cascarrabias este, malaleche, más que malaleche.
Pues resulta que estaba yo jugando con mi cajita llena de juguetitos (parezco Flanders), tan entretenido, tan tranquilo y sin molestar a nadie, cuando me he enterado que todos mis juguetes están rotos.
No, no he sido yo. Parece ser que ya venían rotos de la tienda. Todos.
Nunca abrí la cajita, para que me duraran más, así que ni siquiera he llegado a verles. Ç'est la vie, gordo posadero, me han dicho. Y ahora resulta que tengo una cajita llena de juguetes rotos.
Pero eso no es lo peor. No, no.
Lo peor es que, aunque nadie me lo ha dicho, he deducido yo solito que los juguetes no estaban rotos dentro de la cajita. No. Simplemente, los juguetes no estaban allí. Nunca estuvieron. Todo ha sido imaginación mía.
Así que no solo sufro por mis juguetes rotos. Nunca he tenido juguetes y he estado como un tonto (tonto no es palabrota) perdiendo tiempo. Peor me sienta cuando pienso en qué otras cosas podría haber empleado ese tiempo perdido.

Todo esto viene tras la OEP (oferta de empleo público) de la Junta para educación. Ha habido un recorte drástico de plazas ofertadas y algunas especialidades como la que yo estudiaba van a ofertar CERO plazas.
Es la crisis. Ya. Se piensan estos políticos que nos gobiernan que somos imbéciles (¿imbécil es palabrota?). Todas las plazas que no se oferten van a ser cubiertas sí o sí de forma interina. Y como todo el mundo sabe, los interinos no cobran sueldo ni antigüedad ni vacaciones...
El ahorro es nulo. NULO, señores políticos (¿políticos es palabrota?).
Pero de cara a la galería queda muy bien. Oh, oh, tenemos menos funcionarios, pero es por la crisis...
Así que, aquí un imbécil (¿habíamos quedado que imbécil no era palabrota, no?) que ha estado ocho meses estudiando y preparándose para un examen que nunca se va a celebrar... presuntamente. Digo esto porque aún es provisional, aunque tiene todos los visos de cumplirse. Pero cabe la posibilidad de que cambien algo... lo sé, soy un iluso.

Ocho meses madrugando a diario, algunos días a las 5 (¿5 de la mañana es madrugar?), madrugando los fines de semana, perdiendo todas las tardes, dejando de lado otras cosas... total para nada, para absolutamente NADA.
Bueno, sí. Ahora he interiorizado y asumido perfectamente el significado más profundo de NADA. Lo entiendo, cuando lo use, sabré hacerlo con propiedad.
Así, que señores políticos, pueden irse todos a tomar por el culo (culo es una parte del cuerpo...), de ustedes ya no espero NADA. Y eso es exactamente lo que deben esperar ustedes de mí las próximas elecciones: NADA.

Y ya no os doy más el coñazo. Que me conozco. A medida que escribo me caliento y me entran ganas de acordarme de la puta madre de algún político chanchullero y había prometido no escribir palabrotas (¡uy, he dicho político otra vez!).

miércoles, 17 de marzo de 2010

Delibes, esa gran empresa

Claro que conozco a Delibes, ¿es una de las 35 mejores empresas españolas, no?".
La respuesta es de un chaval de 16 años de un colegio privado de Madrid. Aunque llamativa, no se aleja demasiado de la que ofrecen otros chicos y chicas de su edad...

Esto, y alguna sorprendente respuesta más, es lo que se puede leer en este alucinante ártículo que he leído en Público, en relación con la muerte del maestro Miguel Delibes.

Para pasar de Delibes al Ibex 35 solo hace falta ser adolescente, estudiante de ESO y tener oído fino. Sí, oído fino. Porque si no, no me explico yo que pasando todo el día en el tuiter, mandando msgtos x el mvl a sus klgas, tontenado con las niñas y niños en el recreo, enfrascados con la PSP y con los auriculares de su MP4 puestos hasta para ir a mear, así, digo, sin un oído super-fino no se pueden oír campanadas sobre el IBEX 35. Porque no me creo yo que entiendan estos chavales de bolsa, vamos, de otra bolsa que no sea la del pan. Esto es lo que se dice oír campanadas y no saber dónde.
A Delibes queda claro que no lo habían oído nunca nombrar.
Algunas veces me pregunto si de verdad quiero ser profesor...


Tomo prestada la viñeta de 20 minutos. Al leerla me he acordado de ese otro artículo de Público.

sábado, 6 de marzo de 2010

A la perrera tenías que ir tú


Que el ser humano se comporta como un auténtico energúmeno no es algo nuevo. Somos la peor de las alimañas y lo peor de todo es que lo hacemos a sabiendas de lo que hacemos.

Hay muchos ejemplos de la ayuda, fidelidad y entrega de muchos perros, como la historia de Turco, que leí hace poco. Y todo aquel que tenga o haya tenido perro sabe que aunque le hagas la mayor de las putadas o le pegues patadas, tu perro te es leal y espera una palabra amable tuya como la mayor de las recompensas. Da igual que te olvides de su comida, de su paseo, de su ejercicio, de sus necesidades de afecto, da igual. Él siempre está allí.

Ellos nos hacen compañía, nos ayudan en muchos trabajos, nos ayudan en rescates de víctimas de catástrofes, nos sirven de guía si somos ciegos... a cambio les apaleamos, les abandonamos en una gasolinera o les llevamos a una perrera después de toda una vida a nuestro servicio como perro-guía solo porque tienen una enfermedad leve y fácilmente tratable.

Somos así de hijos de puta.

Es un caso algo antiguo, y aunque no suelo hacerme eco de este tipo de noticias, en ocasiones me indigna el comportamiento animal de algunos humanos.

viernes, 5 de marzo de 2010

Estadísticas y fracaso escolar

Todos los que nos hemos parado a pensar alguna vez, nos hemos dado cuenta de lo sesgado e interesado que resulta algunas veces las lecturas que nos hacen de las estadísticas en la prensa.
Todo es interpretable, aunque no todo es válido y las más de las veces arrimamos el áscua de los datos puros (los datos, datos son) a la sardina que más nos interesa.
Algunas veces conviene que alguien ponga los puntos sobre la ies. A raiz de un artículo titulado "Análisis del fracaso escolar", un profesor de secundaria, un hombre con perspectiva y que parece que sabe de lo que habla escribe una carta al director del Diario de León. Esta crítica serena y objetiva no tiene desperdicio.
[...]errores que se pueden cometer al no saber tratar los datos recogidos en un estudio. [...]
[...]si yo veo las estadísticas de muertos en la carretera, a lo mejor veo que el 25% conducía bajo los efectos del alcohol. Si mi conclusión es que el otro 75% no conducía bajo los efectos del alcohol y por tanto los que conducen sobrios son un peligro social, estaré desvariando. [...]
[...]hablan del sexo: los chicos fracasan más que las chicas. Pero eso no es una causa del sexo. Es una causa del esfuerzo y la organización. Los chicos se esfuerzan menos[...]
[...]el fracaso escolar le quedaba al centro público, donde no titulaban, tras haber fracasado previamente en el centro concertado. ¿A estos centros concertados les mandan escolarizar alumnos desescolarizados, inmigrantes que llegan a medio curso desconociendo la lengua y con desfases curriculares graves, delincuentes del juzgado?[...]
[...]en este país todo el mundo habla de fracaso escolar como la falta de obtención del título de graduado en E.S.O. Y yo les digo: el verdadero fracaso es que tengamos que proporcionar el título a alumnos que no saben escribir, que no comprenden lo que leen, porque si exigiéramos lo mismo que se exigía hace 20 años, el nivel de suspensos sería tan alto que[...]
Puedes leer la carta entera aquí:

martes, 2 de marzo de 2010

Prosofagia nº6 - Febrero 2010


Prosofagia lanzó el pasado febrero un nuevo número, el sexto ejemplar.
Como ando con la cabeza metida en otros asuntos (y me temo que hasta julio va a ser así), se me pasó en su día subir la recomendación.

De nuevo, los contenidos nos sorprenden con una estupenda entrevista a Ana María Matute, obra de Montse de Paz (Elisabet en la red) y con varios cuentos y poesías, algunos realmente hermosos (aún no he leído todos, pero todo se andará).

Ale, a ser buenos.