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lunes, 8 de agosto de 2011

El brillo de la Luna, de Lian Herarn



Título: El brillo de la luna
Autor: Lian Hearn

Tercera entrega de la saga "Leyendas de los Otori".
Esta tercera novela es algo más flojita que las anteriores dos, y no presenta ni una sola novedad respecto a las anteriores. Pasa por encima en las grandes batallas y no recrea ni un poquito la pasión por la lucha, una pena. Además, utiliza dos veces el mismo truco para dar un giro ¿inesperado? a la situación. Una vez cuela, dos ya no. Hacer coincidir dos momentos clave en el tiempo y no en el espacio es muuuuuucha coincidencia. Qué bien, con la misma triquiñuela resuelvo los problemas de los dos protagonistas... No, señora Hearn. Es un truco muy feo.
Por lo demás, se lee de manera muy ágil y sí hay una hecho inesperado que realza la trama, porque si no...
¿Por qué la rubia de las tetas grandes siempre se tiene que ir a solas a buscar al asesino en la casa abandonada, sin luz y sin hacer caso a nadie? ¿Pero no ha visto nunca una peli de terror? ¡Siempre encuentra al asesino! ¡Siempre la captura! Ains, que penita dan las chicas de esas pelis (y los guionistas, ¿no tienen más ideas?). Pues ese mismo recurso emplea el autor en "El brillo de la luna".
Vamos, que porque me gustan las historias de samurais, si no, es como para no terminar de leer la saga (hay una cuarta entrega y una precuela).

Me voy a sacar la espinita con "Hijos de Heracles", que pinta muy muy bien.



martes, 2 de agosto de 2011

Elantris, de Brandon Sanderson



Título: Elantris
Autor: Brandon Sanderson

Había oído (leído) hablar muy bien de esta novela. Y la verdad, no es para tanto.
Me explico, porque sin ser una basura, hay mucho que pudiera ser mejor.
La idea sobre la que gira, la súbita decadencia de Elantris (el libro comienza 10 años después de ese suceso), es intrigante, sugerente... y su solución algo simplona, desilusionante.
Además, hay otra trama paralela que tiene un protagonista poco creíble (Sarene), que da muchas vueltas a sus mini-problemas y que va de salvadora de un reino que no es el suyo, de un pueblo que no la aprecia y de unos nobles que la temen y evitan a partes iguales... poco creíble. Lo siento, no me creo este personaje.
Por otro lado, están los malotes (el gyorn y sus secuaces) que dan una buena réplica y que salvan el tono del anterior protagonista.
Y el protagonista principal, el príncipe Raoden, que no puede ser más bueno ni más príncipe. Tampoco resulta demasiado creíble, aunque su papel lo hace bien y mas o menos mantiene el tono medio de la novela (discreto, vamos).
La historia es una mezcla de enredos políticos, intrigas palaciegas, acción, magia, religión, amores imposibles, venganzas, crisis internas... La forma en cómo baraja el autor las distintas tramas hace que la lectura sea llevadera, lo cual se agradece mucho. Lo peor es que hay un galimatías de nombres tan parecidos que acabas confundiendo al reino del protagonista con un río, una ciudad o una criada del palacio... y creo que el propio autor (o el traductor) también se ha embrollado con esto, haciendo aparecer personajes que no encajan en conversaciones que no están teniendo y cosas así.
Son demasiados nombres casi iguales (supongo que en su lengua original esto no pasará por la pronunciación, pero...), demasiadas ciudades, continentes y ubicaciones nuevas y que no son presentadas, demasiados cargos y jerarquías inventados que no sabes dónde poner... Demasiadas cosas sin explicar, sin presentar.
Sí, le pongo pegas. Pero lo he acabado y al final es una historia entretenida, algo teñida de rosa y creo que sin pulir del todo.
Lo que más me ha gustado es que no hay ni una sola puntada sin hilo, nada es de adorno. Todo lo que se narra y todos los que aparcen de principio a fin, tienen un papel que jugar en la historia. Todo son ingredientes. Y eso, aunque está bien, también hace echar en falta un poco de riqueza, de profundidad, de decoración no imprescindible, de eso que da credibilidad a un personaje aunque no sea una pista para resolver el caso.
Salvo que os la regalen, hay novelas mejores en las que gastar unos euros.