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lunes, 10 de noviembre de 2008

Mi afilada espada

Hay días putos como éste, que además suelen coincidir con lunes, en que me gustaría ir vestido sólo con un taparabos, llevar mi mochila al hombro, el caballo de la brida y mi espada al cinto.

Días como éste en que me gustaría apretar los dientes, desenvainar mi acero y rajar de arriba a abajo a unos cuantos. Días como éste en que mi afilada espada atraviese de parte a parte a todos los capullos malhumorados, maleducados y soberbios que me abroncan y que no atienden a razones. A todos los haches de pé que no comprenden que no se puede saber todo, que les va mal si es arriba y si es abajo, que no te felicitan nunca si el trabajo sale bien, pero que te sacuden cuando hay algún error o algún imprevisto. A todos los jefecillos lameculos que te pisotean y hurgan en la herida para quedar bien ante el gran jefe. A todos los gran jefes que están ahí ni se sabe por qué, que tiranizan a sus subordinados, que emplean el látigo, la palabrota y el método PC (por cojones) para mandar, qué digo mandar, para ordenar de forma inmediata lo que hay que hacer.

Sí, días como éste me gustaría poder bajar del pedestal a algunos a punta de espada y sin más miramientos hacerles comprender que me la suda que tengan mal día y no tener que morderme la lengua, aguantar el chaparrón y tomar de almuerzo ajo y agua.
Días como éste me quitan las ganas de hacer nada, porque mi espada sólo está afilada en mis relatos. Y tal y como está la cosa cualquiera le coge la corbata la jefe y se la deja grapada en la mesa como en aquel anuncio de Cola Loca (tengo una vida nueva, y tú no estás en ella...).

Así que envaino mi espada, aprieto los dientes y procuro no redistribuir mi bronca-porque-hoy-toca hacia abajo, porque todos tenemos una espada afilada y no es cuestión de ir de nazi por la vida, amargando la existencia al personal, cuando hay maneras mucho mejores de obtener rendimiento (y de no llevarse cabreos) sin tener que dar puñetazos encima de la mesa.

Os dejo que oigo al afilador que pasa por la calle y voy a ver si...

5 comentarios:

Juan Patricio Peñalver dijo...

¡Una entrada magnífica! No me equivoqué agregándote a mi lista de blogs. Me ha gustado mucho leer tu nuevo post. Quizá por lo identificado que me he sentido y porque yo no habría sabido expresarlo mejor... jeje. Y lo del afilaor ya pa enmarcar. ¡Chapó!

Un saludo.
Desde mi "lugar" de la Huerta.

François de Fronsac dijo...

Hola, hola..

No sé, no sé yo si podrías ir con un "taparabos", así, con una "r", creo que se te saldría algo, ¿no crees?
Por lo demás, la espada siempre debe estar afilada.

Esteban González García dijo...

Uy. "Taparabos". jeje
Es que mi "taparabos" es tipo UHF.
(un huevo fuera).
Lo de la espada es una metáfora. En realidad lo que hago es apretar los puños y quedarme con ganas de morderles la yugular.
Y el día fue a peor... más problemas, más imprevistos... Ayer no salió nada. Y para colmo me he cogido un virus y no puedo ni encender el PC en casa.
Hay días que es mejor no levantarse. :(

M. dijo...

Buenísimo!!!

Esteban González García dijo...

Gracias M. ;)