Leo en una interesante y brevísima entrevista en El Norte de Castilla:
"Un niño del Congo prefiere un año de cole a una comida".
A veces perdemos la perspectiva de lo verdaderamente importante y creemos que nuestros problemas son gravísimos. Si nos parásemos a pensar en todo lo que tenemos, si durante unos minutos, unos segundos tan solo, reflexionásemos sobre lo que verdaderamente importa... todo sería muy diferente.
El entrevistado, un sacerdote congoleño, se considera afortunado por dos motivos: por haber tenido la oportunidad de cursar estudios superiores y por haber superado los cinco años de edad.
Perdemos el norte muy a menudo. Lo que de verdad importa casi nunca es lo que más nos importa...
No os perdáis la entrevista, solo os llevará dos minutos de vuestro preciado tiempo.
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