Título: La ladrona de libros
Autor: Markus Zusak
Esta vez toca una diferente, sobre todo en cuanto a género: nada de dragonadas ni CiFi.
La novela en sí resulta entretenida y busca un enfoque diferente al manoseado tema de la 2ª guerra mundial. Esta vez el punto de vista lo pone la mirada infantil de una niña vítima del régimen de Adolf Hitler, una alemana del montón, que vive acogida en un barrio miserable de las afueras de una gran ciudad... y la voz cantante, la narración, corre a cargo de la Muerte en persona.
El autor crea varios personajes entrañables que acompañan la azarosa existencia de la niña protagonista, lo que hace la lectura agradable y simpática, a pesar de las miserias y tristes realidades que cuenta.
El narrador, la narradora en este caso, destripa el final de alguno de los hilos antes de tiempo, cosa que se podía haber ahorrado en mi opinión, aunque todo es cuestión de gustos. Y hasta el final del libro no he entendido porqué el autor necesita que el narrador sea la muerte: por un detalle, solo por eso. De todos modos, me ha gustado la forma en que se nos presenta este narrador: ni es malo, ni es cruel, ni es terrorífico... es casi un mensajero, un recolector de almas.
Una novela entretenida, de lectura pausada, que cuenta muchas historias en una, llena de símbolos, de guiños.
Recomendable.
La novela en sí resulta entretenida y busca un enfoque diferente al manoseado tema de la 2ª guerra mundial. Esta vez el punto de vista lo pone la mirada infantil de una niña vítima del régimen de Adolf Hitler, una alemana del montón, que vive acogida en un barrio miserable de las afueras de una gran ciudad... y la voz cantante, la narración, corre a cargo de la Muerte en persona.
El autor crea varios personajes entrañables que acompañan la azarosa existencia de la niña protagonista, lo que hace la lectura agradable y simpática, a pesar de las miserias y tristes realidades que cuenta.
El narrador, la narradora en este caso, destripa el final de alguno de los hilos antes de tiempo, cosa que se podía haber ahorrado en mi opinión, aunque todo es cuestión de gustos. Y hasta el final del libro no he entendido porqué el autor necesita que el narrador sea la muerte: por un detalle, solo por eso. De todos modos, me ha gustado la forma en que se nos presenta este narrador: ni es malo, ni es cruel, ni es terrorífico... es casi un mensajero, un recolector de almas.
Una novela entretenida, de lectura pausada, que cuenta muchas historias en una, llena de símbolos, de guiños.
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