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jueves, 30 de abril de 2009

El ring-ring de las diez y pico

Riiiiiiiiiiiing. Riiiiiiiiiiiing.

Las diez y pico de la noche, suena el teléfono. Un número raro, de pocas cifras (lo sé porque pago el bochornoso timo de la identificación de llamadas). Descuelgo:

-Telefónica le informa de su nueva línea de ADSL de tropecientos megas con nosecuántas ventajas a un precio que noveas... para contratarla o más información puede llamar al 1004.

Parpadeo perplejo, vuelvo a mirar el reloj. Llora mi bebé, se ha despertado con el timbre del teléfono. Ya es el segundo día que llaman a estas horas. Encima es una grabación, una cinta con la voz de una señorita, de sonido metálico, con la que no puedes conversar o cabrearte.
Miro incrédulo el reloj mientras los lloros insistentes del peque taladran mis tímpanos. Llamo al 1004.

-Bienvenido a telefónica -otra vez la señorita de la voz metálica-. Si desea información de un número de teléfono marque el once ocho nosecuantos -una pausa, mi mal humor sube de temperatura-. Si desea contratar la nueva línea ADSL de tropecientos megas llame al nosecuantos... -otra pausa, comienzo a hervir.
Me revuelvo nervioso en el sofá, el niño llora con más insistencia.
-Por favor -prosigue la grabación-, diga qué desea.
Al fin. Ahora puedo hablar yo. Me toca. Se van a enterar.
-¡Oiga, quiero poner una queja! ¡Quiero quejarme de que me llamen a contarme publicidad a las diez y pico de la noche! ¡Estas no son horas, oiga! ¡Además yo no he...
-No le hemos entendido. Por favor, diga con voz clara qué es lo que desea.
Me sale humo por las orejas. ¿Con voz clara? ¿CON VOZ CLARA? ¿ASÍ DE CLARA?
-¡¡Oiga, quiero hablar con alguien!! ¡¡Con alguien que razone!! ¡¡Con alguien que pueda hablar!! ¡¡Oiga!!
-No le hemos entendido. Le pasamos con un técnico comercial.
-¡¡Sí!! ¡¡Eso!! ¡¡Eso es lo que quiero!! ¡¡Un técnico comercial!!
-Buenas noches, le atiende fulanito de tal, estación número nosecuantos. ¿En qué puedo ayudarle?
Es un chico. Ya no hablo con una máquina.
-¡¡Oiga!! ¿Me puede decir qué hora es?
-¿Perdón? -je je, ahora sí que te he descolocado ¿eh?
-¡Sí! Que si tiene hora. Porque tendrá usted hora ¿verdad? -estoy cabreado y encima me ha tocado uno dormido.
-Perdone, ¿puede decirme su nombre, por favor?
-Por supuesto. Me llamo Esteban González. ¿Y usted?
-Le atiende la estación nosecuántos -maldito cabrón, ahora no quieres decir tu nombre ¿eh?
-Le estoy preguntando la hora -repito algo más sosegado, al fin y al cabo la culpa no es de este gilipollas.
-Son las diez y diecisiete, señor González...
-¿Y le parece austed hora de que me llame nadie para ofrecerme no sé qué publicidad de ADSL? ¡Las diez y diecisiete!
-Lo siento mucho, señor González. Si usted lo desea...
-¡¡Yo lo que deseo es que no me llamen!!
-Sí... si usted lo desea, existe un número al que puede llamar...
-¡Ni número ni niño muerto! ¡Que no quiero que me llamen para informarme con publicidad!
-Señor González, si usted lo desea puede llamar al 5555 para anular su publicidad...
-¡¡Que no!! ¡¡Que no voy a llamar a ningún número!! Anote usted ahí, o llame usted si quiere. Que no quiero que me llamen y menos a estas horas. ¡Oiga, que han despertado ustedes a mi niño!
-Sí, señor Hernández... -el capullo éste ya me ha cambiado el apellido.
-Que yo no he dado el teléfono a nadie ni he dado permiso a nadie para que me bombardeen con propaganda. Que ya está bien. Y con el móvil lo mismo. Que no quiero que me llamen para nada. ¿Queda claro?
-Sí, señor Hernández. Tomo nota.
-Bien. Pues si has tomado nota espero que no me llamen para ofrecerme más publicidad.
-De acuerdo, señor Fernández -otra vez me bautiza el memo éste.
-Vale entonces.
-¿Desea alguna cosa más, señor Fernández?
-No. No deseo nada más. Que no me llamen para más publicidad. Sólo eso.
Estoy más calmado. Ya. Respiro hondo. La culpa no es de este pobre, pero necesitaba gritarle a alguien, joder, que vaya horas de llamar.
-Muy bien, señor Fernández. Solo me queda ofrecerle por unospocoseuros al mes la opción nosequégenio que incluye ADSL, televisión por cable y la plataforma digital pus, que incluye un porrón de canales...
Miro el teléfono ojiplático. Me dan taquicardias, me hierve la sangre.
-¿CÓMO?
-...esta plataforma incluye la taquilla de cine, el fútbol...
-No es posible. Les llamo para decir que no quiero más publi y me ofrecen publi. No puede ser. No puede ser.
-Sí, señor Hernández. Esta interesante oferta le lleva hasta su casa...
-No, no, no... -rompo a reir-. Esta llamada es surrealista.
El chico continúa hablando. Rio divertido y asombrado mientras meneo la cabeza y miro el teléfono, diabólico artefacto.
-No siga, no siga. Que no me interesa nada, que no quiero nada.
-De acuerdo, señor Hernández. Buenas noches.
-Buenas noches a usted también.

Cuelgo. No me lo creo. Es una broma, busco la cámara por el salón de mi casa. Cojo al peque en brazos, que sigue llorando a un volumen increible. Pero tras las risas estoy mejor, más relajado. El nene se duerme y yo me voy a la cama.
A lo mejor me pongo el digital ese. Y me cambio de ADSL... ya veremos qué me ofrecen en la próxima llamada de propaganda.


Esto es un relato, no se me enfaden los muchachos de telemárquetin, que tienen que aguantar carros y carretas por cuatro euros, incluido a tipejos como yo.
Lo que sí es verdad es que me llamaron. Y a esas horas.
Y también es verdad que llamé al 1004.
Lo que no es verdad es que despertaran al peque (aún no se había dormido, pero podrían haberle despertado).
Lo que tampoco es verdad es que estuviera enfadado. Estaba viendo el fútbol en la tele y estaba algo aburrido. Y soy un capullo, lo sé. De vez en cuando me gusta renegar y gruñir como un oso.
La conversación fue más o menos así. Excepto los adornos que le he puesto.
Nada, que un abrazo, estación nosecuántos.
¡¡Y que no quiero más publicidad, coño ya!!

6 comentarios:

Teo Palacios dijo...

Genial, STB... ¡¡¡¡GENIAL!!!!

Esteban González García dijo...

Gracias, Teo.
A veces me pierde el carácter. Pero luego me da la risa, de las cosas que hago...

Alex dijo...

Te cuento una que me pasó a mí ayer mismo.
Media mañana estoy en la recepción de la academia, mirando el tiempo de en internet, no tenía clase y no había nada que hacer. LLamadita, le llamamos para hacerle una encuesta de telecomunicaciones, no se trata de una venta (para que no les cuelgues enseguida). Vale, si no es muy larga respondo, son solo unas preguntas. Después de diez preguntas generales sobre internet cuantos equipos tenía en la empresa, etc, me sueltan que me parecería si Movistar me ofreciera un servicio de banda ancha movil, de 0 a 10. Un 0 respondo vacilón, comenzando a ver por donde viene la cosa. Si Movistar le ofreciera un servicio de bla, bla por 40 euros que le parecería de 0 a 10. Un cero. Y así otras tres preguntas en las que te iban rebajando el precio de 5 en 5 euros. Ya cansado y sintiéndome engañado, le suelto a la operadora, oiga usted no tendrá la culpa porque es una empleada, pero esto es una venta encubierta. No, no, no, no se trata de una venta. A lo que respondí que sí lo era y que me parecía muy mal que intentaran engañar a la gente, dicho lo cual me despedí y colgué.

Teo Palacios dijo...

Pues Alex, yo me llevo la palma... la verdad. No es en cuestión de ventas, pero es que tiene... historia la cosa, que igual aquí entran niños:

Resulta que tengo internet y telefonía fija con Ya.com. Hace unos días que no me funciona la línea de teléfono, aunque sí la conexíón a internet, como se puede ver. Total, que después de la correspondiente llamada al 902 de turno y 20 minutos de comprobación de línea, resulta que me tienen que enviar un router nuevo.

Bien, pues esta mañana, a las 6, sí, sí, a las 6 de la mañana, me mandan un mensaje para comunicarme que en 24 horas recibiré el router...

como venga el repartidor a las 5, igual ni le abro, fíjate...

Juan Patricio Peñalver dijo...

Uffff no me hables, no me hables... Si te digo cómo estoy yo de publicidad!!! y mira que la detesto y mira que me pongo cabreado al teléfono (yo sí) y les canto los cuarenta, pero nada, enseguida vuelven a acosarme, porque esto es ACOSO!! en fin, gracias por este 'relato' tan cercano a la realidad, me ha resultado muy gracioso, y me ha hecho darme cuenta de que no solo me ocurren a mí esas cosas (aunque ya sabes lo que dicen: "mal de muchos, consuelo de tontos"), así que yo prefiero seguir llamando a las cosas por su nombre y esto se llama ACOSO, igual que los mensajes ésos que mandan diciendo "enhorabuena, eres ganador de 50.000 euros!!! solo tienes que enviar un sms al..." y cosas por el estilo (esto en cambio se llama directamente: ESTAFA). De verdad que no entiendo por qué no meten a la cárcel a los que hacen estas campañas comerciales tan agresivas. En fin, ya ves que a mí sí que me encienden estas cosas, y mucho. Un saludo!! ;)

Esteban González García dijo...

Pues me volvieron a llamar (dos veces). Al final he cedido y he llamado yo al número que me han dicho, y tras varias cuñas publicitarias creo que he conseguido darme de baja en sus anuncios. De momento.