Autor: Andrzej Sapkowski.
Es el primer volumen de la saga del famoso brujo Geralt de Rivia, y a pesar de que me lo habían puesto por las nubes, no llego a cogerle el puntillo del todo.
Es cierto que es un soplo de aire fresco en la manida fantasía actual, con cosas diferentes, con aspectos y matices no contemplados en lo habitual. Pero la estructura de la obra parece más bien un conjunto de relatos cosidos entre sí que una obra única, una aventura en conjunto.
El protagonista tiene gran atractivo, es un personaje marginal, casi un proscrito, pero un proscrito necesario. Él se encarga de solucionar los problemas que surgen con las criaturas sobrenaturales que escapan al control y comprensión de los mortales. El de Rivia es un brujo adiestrado para ese trabajo, frío, mortífero, certero, resignado ante la repulsa que ve en los ojos de los demás, pero conocedor de que es imprescindible. Él es el mal necesario, no se aprueba su presencia, pero se le llama.
Me ha gustado, sí, pero no me ha entusiasmado. Seguiré leyendo la saga hasta que logre ver esa excelencia que tanto me han contado o hasta que no pueda más. Porque para gustos... los colores.
Y vosotros ¿qué opináis?
El protagonista tiene gran atractivo, es un personaje marginal, casi un proscrito, pero un proscrito necesario. Él se encarga de solucionar los problemas que surgen con las criaturas sobrenaturales que escapan al control y comprensión de los mortales. El de Rivia es un brujo adiestrado para ese trabajo, frío, mortífero, certero, resignado ante la repulsa que ve en los ojos de los demás, pero conocedor de que es imprescindible. Él es el mal necesario, no se aprueba su presencia, pero se le llama.
Me ha gustado, sí, pero no me ha entusiasmado. Seguiré leyendo la saga hasta que logre ver esa excelencia que tanto me han contado o hasta que no pueda más. Porque para gustos... los colores.
Y vosotros ¿qué opináis?
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